Contexto

El problema que queremos resolver es la desigualdad educativa que resulta del rezago y la pérdida de aprendizajes básicos, en particular en lectura y matemáticas, en niños, niñas y adolescentes indígenas del sureste de México, que tienen el bats’i k’op (Tsotsil) como lengua materna.

El rezago de aprendizajes se define como la carencia que se presenta cuando los niños, niñas y adolescentes, aun asistiendo a la escuela, no cuentan con los aprendizajes fundamentales que se esperaría que hubieran adquirido al inicio de la educación básica, y que los coloca en situaciones de riesgo de reprobación, deserción, rezago educativo y exclusión social. A corto y mediano plazo, esto se traduce en dificultades tanto para seguir aprendiendo y tener éxito en niveles educativos subsecuentes, como para desempeñarse satisfactoriamente a nivel personal, profesional y social (Vergara-Lope & Hevia, 2018).

Por otro lado, la pérdida de aprendizajes se define como «una combinación del deterioro del aprendizaje de los conocimientos que se olvidan con el tiempo, así como el coste de oportunidad del aprendizaje perdido, es decir, el aprendizaje que los estudiantes habrían obtenido durante un año típico de escolarización si no se hubiera producido el cierre de las escuelas»(Angrist et al., 2021,p. 2Con la pandemia, aumentó el interés por medir esta pérdida, buscando estimar la reducción de los niveles de aprendizaje, las desigualdades en los niveles de aprendizaje y el abandono (deserción escolar) (Donnelly & Patrinos, 2021). Ambos procesos, el rezago y la pérdida de aprendizajes, producen y reproducen situaciones de desigualdad educativa, afectando a las comunidades más pobres y excluidas del país.

La información disponible muestra que, en México, y en particular en la región sur-sureste, existe un rezago y una pérdida de aprendizajes muy alta (Hevia, Vergara-Lope, Velásquez-Durán, et al., 2022; INEE, 2018; MEJOREDU, 2022), que afecta desproporcionadamente a los pueblos originarios (INEE, 2017). Nuestras propias investigaciones llevadas a cabo en el estado de Chiapas encontraron que, en el ciclo escolar 2021-2022, 49% de niños y niñas entre 3º y 6º de primaria no podían leer una historia en español y 65% no podían resolver restas simples (MIA, 2022).

Una de las causas asociadas con ese bajo desempeño, tiene que ver con la dificultad que enfrentan los niños y niñas de pueblos originarios para recibir educación en su lengua materna (CONEVAL, 2022), a pesar de la importancia que tiene la enseñanza-aprendizaje en la propia lengua materna, que es señalada en abundante literatura existente (UNESCO, 2016, 2019).

En el caso de la región de los Altos de Chiapas, existe una población cercana a 530 mil personas que habla bats’i k’op (Tsotsil) en múltiples variantes regionales (INEGI, 2023), y que se encuentra en condiciones históricas de rezago y marginación social (Pérez Pérez, 2003). Es con los niños, niñas, adolescentes, madres, padres, maestros, escuelas, organizaciones civiles y comunidad en general, con los que queremos trabajar para abatir este rezago de aprendizajes por medio de la adaptación y traducción de nuestros Campamentos de Aprendizajes MIA a la lengua y cultura bats’i k’op.

Para atender este rezago, el programa Medición Independiente de Aprendizajes (MIA) ha desarrollado una serie de innovaciones educativas, basadas en el principio de Enseñar en el Nivel Adecuado (ENAd), lo que ha permitido generar evidencia sistemática y rigurosa sobre su efectividad para la mejora de lectura en español y habilidades matemáticas fundamentales, tanto en contextos escolares unigrado y multigrado, como en contextos extra-escolares (Hevia et al., 2021; Hevia, Vergara-Lope, & Velásquez-Durán, 2022; Hevia & Vergara-Lope, 2020, 2022).

Antes de la pandemia por COVID-19, la pérdida de aprendizajes se asociaba con las vacaciones de verano, donde se observaba un descenso del rendimiento y un aumento de la diferencia de resultados entre los alumnos (Kuhfeld, 2019).

Sin embargo, a la fecha, estos campamentos se han desarrollado solamente en idioma español y no se cuenta con innovaciones educativas cortas, basadas en el principio de Enseñar en el nivel adecuado (ENAd) en lengua bats’i k’op